El anuncio hecho este lunes por la madrugada por el Tribunal Supremo Electoral de Honduras, informando que el candidato de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, Salvador Nasralla, obtenía un 45,17 por ciento de los votos frente al 40,21 por ciento del candidato apoyado por Estados Unidos, Juan Orlando Hernández, causó toda una sorpresa.
Ya el domingo 26 de noviembre, tanto Hernández como Nasralla se declararon ganadores de los sufragios, en los cuales observadores internacionales criticaron la transmisión de actas y la lentitud del TSE para ofrecer los primeros datos.
Para saber más sobre quiénes son los actores en estas elecciones, Radio Canadá Internacional pudo conversar con el periodista hondureño radicado en Canadá, Félix Molina, quien afirma que la trayectoria de Nasralla es notoria debido a que se trata de un personaje que no viene de las formaciones políticas hondureñas tradicionales. “Es un perfecto outsider”, señala él.
Según Molina, esta elección puede ser considerada como una reacción de rechazo de parte del electorado a lo que fueron las consecuencias del golpe de Estado del 28 de junio de 2009, en el que sectores conservadores y de derecha, con el apoyo de las fuerzas armadas y de Estados Unidos, derrocaron al presidente electo Manuel Zelaya.
El candidato del Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, apoyó ese golpe de Estado cívico-militar.
Cuando todavía quedan unos dos millones de votos que escrutar, Molina afirma que existe el riesgo de que se produzca un fraude electoral en Honduras. Por otro lado, el periodista radicado en Canadá también destacó que los hondureños que viven fuera del país centroamericano no pudieron participar adecuadamente en estos comicios. “De todos modos, los hondureños ya votaron con los pies, ya que se fueron de un país que no les ofrecía ni seguridad ni trabajo ni felicidad”, afirmó.
El candidato a la presidencia de Honduras, Salvador Nasralla, llamó a sus seguidores a salir a las calles este miércoles a defender su victoria en las urnas, luego de que su ventaja sobre el presidente Juan Orlando Hernández en el conteo de votos comenzó a disminuir a poco más de un punto.
En un comunicado difundido el martes por la tarde, Nasralla pidió a la OEA, a la ONU y a la Unión Europea que se nombre una comisión de investigación para detener lo que considera un robo del resultado de las elecciones y pidió a las fuerzas armadas no participar en una presunta alteración de los resultados de la votación.
Con el 72.91 por ciento de las mesas procesadas, Nasralla, un presentador de televisión de 64 años, obtenía un 42.96 por ciento de los votos frente al 41.49 por ciento en favor del candidato de derecha Hernández, que busca gobernar por cuatro años más, según el demorado conteo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que se reactivó el martes.
Pocas horas después de cerradas las urnas el domingo y antes de que el árbitro electoral diera su primer parte de resultados el lunes por la madrugada, los dos candidatos se autoproclamaron vencedores.
Nasralla aventajaba a Hernández por cinco puntos en el primer reporte oficial, con el 57 por ciento de las mesas computadas. El lunes por la tarde un magistrado TSE aseguró que el opositor, que encabeza una coalición que aglutina corrientes conservadoras y de izquierda, tenía un liderazgo irreversible y más tarde el jefe del tribunal dijo que “el ganador ya está”.
Pero el martes cuando se actualizó el conteo en el sitio web del TSE después de muchas horas de tener los números del primer reporte, la ventaja comenzó a reducirse hasta llegar a 1.47 puntos por la noche, lo que despertó sospechas de la oposición.
“Nosotros ya ganamos las elecciones, y es imposible que una tendencia se revierta de la manera como la están revirtiendo”, dijo Nasralla a seguidores. Más tarde afirmó que en el conteo solo están incluyendo las mesas donde ganó el Partido Nacional de Hernández.
“No lo voy a tolerar (…) mañana el pueblo hondureño tiene que venir a defender el voto en las calles”, sostuvo el candidato de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura.
La misión de observación electoral de la Organización de los Estados Americanos en Honduras llamó a la ciudadanía a “mantener la calma mientras se esperan los resultados oficiales”.
La OEA exhortó al TSE a agilizar el procesamiento y divulgación de resultados, convocó a los partidos a que sigan fiscalizando el proceso de manera responsable y les pidió que actúen con prudencia hasta el reporte de resultados totales.
El presidente Hernández, que había llegado a los comicios como favorito en las encuestas para ganar con una diferencia de dos dígitos, exhortó el martes a esperar el resultado oficial del tribunal, a pesar de haber clamado victoria el domingo.
“No puede nadie decir que es una tendencia la de aquella noche, irreversible, cuando no son siquiera el 60 por ciento de las actas”, dijo antes de que el TSE retomara la publicación de los resultados en su página web.
Miles de simpatizantes del Partido Nacional marcharon el martes en Tegucigalpa hasta la casa presidencial reclamando el triunfo del mandatario. “Cuatro años más”, coreaban.
El silencio que ha mantenido el TSE desde el domingo y la lentitud del conteo fue criticado por muchos y generando incertidumbre entre los hondureños.
“Esto es una vergüenza que no podemos permitir y que no es otra cosa que intentar hacernos un fraude”, dijo Nasralla el martes tras acusar al TSE de ser controlado por Hernández.
El domingo los hondureños también votaron por legisladores. El gobernante Partido Nacional lideraba con el 45.31 por ciento de los votos, 20 puntos más que su más cercano rival, una tendencia que de mantenerse le dará el dominio del Congreso.
“Ellos van a tener control del Congreso, y tenemos que negociar con ellos, pero en este momento no hay ningún tipo de negociación”, dijo Nasralla en el escenario de que ganar la presidencia, en entrevista con Reuters.
El candidato reiteró el martes que de triunfar pedirá a Naciones Unidas que instale un organismo anticorrupción, similar al que opera en Guatemala, para investigar y presentar cargos, y que está dispuesto a extraditar a los políticos corruptos.
“Hay muertos a cada rato”, dijo Tania Rodríguez, de 19 años, quien votó por Nasralla en su primera vez frente a las urnas. “Queremos un cambio, lo que está proponiendo es muy interesante. Está proponiendo empleo para los jóvenes. Nos graduamos y no hay trabajo”.
Hernández, un líder que mantiene una relación cercana con Estados Unidos, ha logrado acelerar la economía del país, pero también se lo ha vinculado con financiamiento ilícito relacionado con las drogas, algo que él niega, y es acusado por rivales de acumular cada vez más poder en el país.
Su llegada a la contienda electoral del domingo fue posible gracias a una decisión de la Corte Suprema de 2015 sobre los límites de mandato, lo que dividió la opinión en Honduras ya que el pretexto que utilizó la derecha hondureña para justificar el golpe de Estado contra el presidente Zelaya en 2009 fue que éste buscaba su reelección.
Honduras es una de las naciones más empobrecidas del continente, azotada por la violencia vinculada a las pandillas, lo que ha disparado las tasas de asesinatos a uno de los niveles más altos en el mundo.
La crisis electoral en Honduras se profundizaba el jueves, cuatro días después de los comicios, por un disputado recuento de votos que ha tardado más de lo habitual y generado tensiones entre los dos aspirantes a la presidencia, el actual mandatario Juan Orlando Hernández y su rival Salvador Nasralla, quien ha denunciado que se está llevando a cabo una operación de fraude electoral para negarle la victoria.
Tanto Hernández, el favorito de Estados Unidos, como Nasralla, una estrella de televisión, se proclamaron ganadores de la elección del domingo, que inicialmente favoreció al candidato opositor, pero luego se inclinó hacia el presidente.
La crisis tuvo un indicio de solución el miércoles, después de que ambos candidatos firmaron documentos ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en los que se comprometían a respetar el resultado una vez contabilizados todos los votos.
Sin embargo, Nasralla, quien inicialmente tenía una ventaja de cinco puntos, rechazó el acuerdo horas después acusando a sus opositores de intentar robarle la elección y convocando a sus partidarios a salir a las calles de la capital, Tegucigalpa, para defender su triunfo.
La autoridad electoral publicó más de la mitad de los resultados de la votación el lunes temprano, pero enfrentó la crítica internacional por un subsecuente retraso de 36 horas para entregar un nuevo reporte. Cuando las cifras del recuento se actualizaron, Hernández comenzó a acortar distancia frente a Nasralla.
Con un 82.89 por ciento de los votos contabilizados, Hernández, candidato de centroderecha, tenía un 42.2 por ciento de las preferencias frente a un 41.1 por ciento de Nasralla, informó el tribunal.
El conteo se interrumpió de nuevo el miércoles por la tarde y el tribunal atribuyó el retraso a problemas computacionales.
“Nos toman por idiotas y quieren robarse nuestra victoria”, dijo Nasralla, líder de una coalición amplia de derecha e izquierda. “El documento que firmé hoy con la OEA no tiene validez”, enfatizó.
La OEA lamentó la salida de Nasralla del acuerdo y prometió continuar su trabajo por un resultado justo.
Observadores internacionales dijeron que los retrasos dañaban la credibilidad de las autoridades y generaban el riesgo de afectar la legitimidad del ganador. El Departamento de Estado de Estados Unidos instó a las autoridades de Honduras a revisar los resultados de la elección sin retraso.
Antes de la elección, Hernández era el favorito en las encuestas en la empobrecida nación centroamericana, golpeada por la violencia, las bandas del narcotráfico, la corrupción y que registra una de las tasas de homicidio más altas del mundo.
Nasralla es una figura conocida en Honduras y cuenta con el apoyo del expresidente Manuel Zelaya, quien fue derrocado durante un golpe de estado en 2009 después de proponer la constitución de una Asamblea Constituyente que habría afectado los intereses de las élites económicas y los intereses transnacionales en el país.
El actual mandatario, Juan Orlando Hernández, apoyó ese golpe de Estado.
Honduras entró este viernes en un quinto día de crisis electoral debido a un lento recuento de votos de la elección presidencial. Este retraso, que aumenta las sospechas de un fraude, desató las protestas de la oposición en todo el país.
Tanto el presidente y candidato a la reelección de derecha, el favorito de Estados Unidos, Juan Orlando Hernández, como su rival Salvador Nasralla, apoyado por una diversidad de organizaciones populares, se proclamaron ganadores tras la votación del domingo.
Los primeros conteo favorecían a Nasralla, que llevaba unos cinco puntos de ventaja con el 57 por ciento de las mesas computadas, pero luego de una pausa de un día y medio, la balanza se inclinó de forma repentina hacia el actual presidente.
El cambio de dirección a favor de Hernández provocó enfrentamientos entre la policía y manifestantes, que dejaron al menos 11 personas heridas.
A última hora del jueves y ante la criticada demora del conteo, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), David Matamoros, atendió los pedidos de observadores internacionales y dijo que el tribunal contabilizaría los votos de 1,031 mesas receptoras pendientes, o aproximadamente el 6 por ciento del total, que tenían irregularidades.
Este conteo se completará en hasta dos días, y le permitirá a la autoridad electoral declarar un ganador definitivo con el 100 por ciento de las mesas procesadas, dijo Matamoros.
Con el conteo regular de las boletas completado, Hernández, del Partido Nacional, tenía una ventaja de menos de 50,000 votos sobre su rival centrista.
Luis Larach, el presidente del poderoso organismo empresarial COHEP, dijo a Reuters que dada la pequeña diferencia de 1.5 puntos porcentuales entre los candidatos, el conteo de votos irregulares sería crucial para decidir el ganador.
Salvador Nasralla, una de las caras más conocidas de Honduras y que cuenta con el respaldo del expresidente Manuel Zelaya, quien fue derrocado en 2009 por la derecha hondureña con el apoyo de Estados Unidos tras proponer una Asamblea Constituyente, declaró que no aceptará el resultado del tribunal debido a las sospechas de fraude en el proceso de escrutinio.
Mediante una carta, Zelaya acusó el jueves al Tribunal Supremo Electoral de cometer “crímenes electorales”, mientras que uno de los cuatro magistrados del TSE señaló la existencia de “serias dudas” sobre el proceso.
La Organización de Estados Americanos (OEA) pareció haber rescatado la credibilidad de las elecciones el miércoles al obtener declaraciones firmadas de ambos candidatos, prometiendo respetar el resultado final.
Ante el retraso del recuento de votos, y el hecho de que las urnas permanecían en manos del ejército hondureño, Salvador Nasralla decidió rechazar el acuerdo de la OEA, denunciando que sus oponentes estaban tratando de robarle una victoria en las urnas.
El partido de Nasralla, la Alianza de Oposición contra la Dictadura, conformada por el Partido Libertad y Refundación (Libre) y el Partido Innovación y Unidad (PINU-SD), instó a sus partidarios a salir a las calles en señal de protesta y en defensa de la democracia.
Se han registrado protestas violentas en el país, donde los manifestantes instalaron barricadas, quemaron llantas y bloquearon autopistas, mientras que varios puestos de peaje de autopistas fueron incendiados. La policía disparó gases lacrimógenos contra los manifestantes
Las dudas sobre el proceso han llevado a que la oposición denuncie que Hernández pudo haber influido en el tribunal electoral. Por su lado, David Matamoros, del Tribunal Supremo Electoral, ha pedido disculpas a los hondureños por lo que llamó una “falla” en los sistemas.
La preocupación internacional ha crecido ante la crisis electoral en el país centroamericano de más de nueve millones de habitantes. Honduras sufre una pobreza generalizada, una constante violencia de parte de las bandas de narcotraficantes y una de las tasas de homicidios más altas del mundo.
Honduras entró este viernes en un quinto día de crisis electoral debido a un lento recuento de votos de la elección presidencial. Este retraso, que aumenta las sospechas de un fraude, desató las protestas de la oposición en todo el país. Esos enfrentamientos han dejado decenas de heridos entre manifestantes y policías.
“En Honduras se perdió la institucionalidad hace cinco años”, declaró en una entrevista con Radio Canadá Internacional el candidato a la presidencia de Honduras, Salvador Nasralla, al explicar que en ese país se está llevando a cabo un fraude electoral en favor de la reelección del candidato, Juan Orlando Hernández, de la formación de derecha Partido Nacional.
Salvador Nasralla es el candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, conformada por el Partido Libertad y Refundación (Libre) y el Partido Innovación y Unidad (PINU-SD).
“La Fuerza de seguridad interinstitucional, que la dirige el hermano del presidente, está infiltrando nuestras manifestaciones pacíficas, causando destrozos y nos están acusando a nosotros por esos actos”
Salvador Nasralla, candidato a la presidencia de Honduras
Tras el 57 por ciento de las mesas computadas, los primeros resultados de las elecciones presidenciales del pasado domingo 26 de noviembre mostraban a Nasralla en primer lugar, con unos cinco puntos de ventaja. Sin embargo, tras una pausa de un día y medio, el recuento se inclinó de manera repentina en favor del actual presidente.
Según Nasralla, lo que está en cuestión es el recuento de unas 5.174 actas electorales, mientras que el presidente del Tribunal Supremo Electoral, David Matamoros, declaraba que solamente se escrutarían unas 1.031 actas para con ello cerrar el conteo de votos en estas elecciones presidenciales.
Ante esta situación, a la que se añade el control que tendría el candidato, Juan Orlando Hernández, sobre parte de los miembros del Tribunal Supremo Electoral y sobre parte de los servicios de seguridad, Nasralla explico que Canadá, como país miembro de la OEA, debería conseguir que se inicie “un conteo total de las 18.000 actas cotejando las actas que tiene el Tribunal Electoral con las actas físicas que tenemos nosotros, y podríamos tener de resguardo las actas de otro partido… para que se vea cuáles son las actas que corresponden a la voluntad de la gente.”
Según el candidato Nasralla, una de las razones de la negativa del candidato presidente Juan Orlando Hernández de aceptar los resultados de la votación, es que al dejar de ser presidente, él sería procesado por narcotráfico.
El candidato presidente de Honduras Juan Orlando Hernández obtuvo el 42.98 por ciento de los votos en los comicios presidenciales de hace una semana, mientras que el opositor Salvador Nasralla consiguió el 41.39 por ciento de los sufragios, según el conteo final del tribunal electoral.
De ratificarse los datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Hernández habría conseguido su reelección para gobernar Honduras por cuatro años más, aunque en un ambiente tenso, cargado de acusaciones de fraude electoral cometido por el actual mandatario.
La Alianza de Oposición contra la Dictadura, la formación política del candidato Salvador Nasralla prometió impedir que su triunfo en las urnas les sea arrebatado.
El presidente del TSE, David Matamoros, se negó a declarar a un ganador basado en los resultados con el 99.96 por ciento de los votos computados y dijo que habría más anuncios más tarde este lunes.
“Esta elección ha sido muy, muy competida”, dijo Matamoros a periodistas y añadió que el periodo para presentar impugnaciones termina el miércoles.
Nasralla denunció una vez más el rol del árbitro electoral, señalando que se trata de un funcionario controlado por Hernández, a cuyo gobierno acusa de funcionar como una dictadura.
“¡El pueblo unido jamás será vencido! ¡Honduras unida contra el fraude! ¿Por qué el TSE le huye a la democracia?”, dijo Nasralla en su cuenta de Twitter.
Una masiva marcha se llevó a cabo este domingo por las calles de Tegucigalpa y manifestaciones similares se produjeron en otras ciudades hondureñas en rechazo a la reelección de Juan Orlando Hernández.
La oposición denuncia que se produjo un fraude en los cómputos durante una interrupción en el recuento de los votos hace unos días, tras la cual Hernández sorpresivamente apareció con una ventaja sobre Nasralla, quien inicialmente llevaba la delantera por cinco puntos.
Nasralla acusó al TSE durante un discurso el domingo ante miles de simpatizantes de fraguar el fraude en su contra y llamó incluso a las bases de las fuerzas armadas a que se rebelaran contra sus superiores.
La oposición ha llamado a nuevas protestas el lunes, en medio de la suspensión de garantías constitucionales y el toque de queda decretado por el Gobierno de Honduras el viernes para frenar la violencia generada tras los comicios.
Hernández, del derechista Partido Nacional y cercano a Estados Unidos, asumió en enero de 2014 con la promesa de combatir la delincuencia endémica en uno de los países con más pobreza y más violentos del mundo.
Nasralla es una figura conocida en Honduras y cuenta con el apoyo del expresidente Manuel Zelaya, quien fue derrocado durante un golpe de Estado en el 2009 después de proponer una Asamblea Constituyente. El actual presidente, Juan Orlando Hernández, apoyó ese golpe de Estado.
La ministra canadiense de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, hizo saber este sábado 2 de diciembre mediante comunicado que “Canadá insiste en la necesidad de que las autoridades electorales completen el recuento de votos sin interferencias”.
Freeland también señaló que Canadá “solicita calma y demanda a todas las partes a que resuelvan sus desacuerdos pacíficamente y con transparencia, en línea con los mayores estándares democráticos y de derechos humanos”.
“Canadá está profundamente preocupada con informes de creciente tensión y violencia desde que se celebraron las elecciones presidenciales de Honduras el 26 de noviembre, incluida la suspensión de algunas garantías constitucionales el 1 de diciembre”, añadió Freeland.
Este fin de semana en Canadá decenas de manifestantes se congregaron frente al consulado de Honduras en Montreal para denunciar lo que muchos hondureños describen como un fraude electoral.
El pasado domingo 26 de noviembre se llevaron a cabo en Honduras unas elecciones generales para elegir un nuevo presidente así como a los 128 diputados al Congreso, además de cerca de 300 alcaldes.
Para desolación de quienes esperaban una fácil reelección del actual mandatario y favorito de Estados Unidos, Juan Orlando Hernández, los primeros recuentos de votos daban una ventaja de unos cinco puntos al candidato opositor, Salvador Nasralla, que se presentó a la cabeza de la Alianza de Oposición contra la Dictadura.
Las proyecciones a partir de esos primeros resultados establecieron que el ganador de los comicios sería Nasralla. Entonces se produjo una interrupción del recuento de votos electrónico que duró aproximadamente un día y medio.
El propio presidente del Tribunal Supremo Electoral, David Matamoros, explicó que ese tipo de situaciones hacían parte de lo que podría ocurrir en una elección general.
Tras la reanudación de la actualización del conteo el martes, para sorpresa de muchos hondureños, la ventaja de Nasralla en la votación se había desvanecido.
De acuerdo a los últimos resultados, el mandatario Juan Orlando Hernández, del derechista Partido Nacional, obtuvo el 42.98 por ciento de los votos frente al 41.39 por ciento de los sufragios del opositor Salvador Nasralla, según el conteo final del árbitro electoral.
De ratificarse estos resultados por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Hernández lograría quedarse en el poder por otros cuatro años más, mientras que la alianza opositora encabezada por Salvador Nasralla promete impedir que les sea arrebatado lo que considera un triunfo en las urnas.
En la manifestación que se llevó a cabo en Montreal, el periodista Félix Molina hizo circular una declaración que, haciendo historia, dice que “El 28 de junio de 2009 fue un golpe político-militar cometido por partidos y soldados, con la complicidad de grupos económicos como el CEAL, organizaciones religiosas y el Comando Sur de Estados Unidos.
El 26 de noviembre de 2017 ha ocurrido un golpe electoral-militar, para imponer la continuidad de civiles obedientes de los intereses del gran capital transnacional, de los intereses estratégicos de Estados Unidos y del crimen organizado, que es básicamente lo mismo.”
Entrevistado por Radio Canadá Internacional el pasado viernes, Salvador Nasralla explicó que Honduras está viviendo un fraude electoral, y que Canadá, como miembro de la OEA, debería reclamar un recuento de las actas de votación.
En entrevista, el periodista Félix Molina explicó que como hondureño en Canadá, él le pidió al gobierno canadiense encabezado por el primer ministro Justin Trudeau que “exija de inmediato el respeto de los derechos humanos de la población hondureña; que solicite a la OEA la aplicación de la Carta democrática interamericana; que no sea reconocidas las autoridades del gobierno hondureño como el nuevo gobierno por ser ilegales, ilegítimas y sin el reconocimiento ciudadano.
Finalmente, los manifestantes pidieron que Canadá no repita lo sucedido en 2009 cuando Ottawa reconoció como presidente a Porfirio Lobo en medio de un clima de represión, para luego firmar un Acuerdo Comercial en 2011, “que favoreció a intereses comerciales y políticos corresponsables de la actual tragedia en Honduras”, según Molina.
La crisis desatada en Honduras, a partir de las demoras para confirmar los resultados de la última elección presidencial, parece lejos de terminarse.
Las sospechas de un fraude electoral, por parte del actual gobierno del presidente Juan Orlando Hernández, dieron origen a una ola de protestas y represión, que ya dejó un saldo de numerosos muertos y heridos, además de haber colocado al país en una situación de riesgo institucional grave.
En las últimas horas se han multiplicado los reclamos para que el proceso electoral sea sometido a una revisión integral.
En tal sentido se expresaron entidades como la Unión Europea. El gobierno de Francia demandó a las autoridades en Tegucigalpa que garanticen la transparencia.
En esa línea se manifestó, desde Canadá, la organización Common Frontiers (Fronteras Comunes), que se pronunció preocupada por el ambiente de violencia e intimidación que reina en la nación centroamericana.
Uno de sus integrantes reclamó que Canadá, que tiene numerosos intereses económicos en Honduras, principalmente ligados a la extracción minera y a la producción de vestimenta, presione al gobierno de ese país para que normalice la situación y asegure el respeto a la voluntad popular expresada en las urnas.
El intercambio comercial entre ambos países llegó, según cifras de 2014, a algo más de 285 millones de dólares, eso sin contar la inversión directa en minería y los aportes realizados por Ottawa a través de la Iniciativa para la Seguridad en América Central, que totaliza 25 millones de dólares.
Burbano sostiene que Canadá no está haciendo lo suficiente, como por ejemplo, retirarle el apoyo político al gobierno de Honduras y paralizar las inversiones en ese país. Por el contrario, las declaraciones emanadas desde Ottawa no parecen tener la fuerza que los críticos y la oposición hondureña reclaman.
Para Common Frontiers, Ottawa no debería reconocer al gobiernoque resulte de los últimos comicios si no se produce una revisión integral del proceso electoral y advierte que Canadá ha desvalorizado su imagen internacional, al poner los negocios por delante de los derechos humanos y la democracia.
Raúl Burbano nos brinda más detalles en entrevista con Luis Laborda.
La Organización de Estados Americanos (OEA), demandó un “proceso exhaustivo y meticuloso de verificación” de los resultados de la elección presidencial llevada a cabo en Honduras, el 26 de noviembre último.
La entidad denunció la falta de garantías y de transparencia, además de la “acumulación de irregularidades”, constatadas por una delegación de sus observadores, encabezada por el ex presidente boliviano Jorge Quiroga.
El organismo declaró que en base a las diversas denuncias y sospechas de irregularidades durante los comicios, no es posible “tener certezas sobre los resultados”.
Finalizado el recuento oficial de los votos, el presidente saliente, Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional, se adjudica el 42,98 por ciento de las papeletas, mientas que el candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, Salvador Nasralla, obtiene el 41,38 por ciento.
El presidente Hernández mantiene sus esperanzas de seguir en el poder.
En consecuencia, el Tribunal Supremo Electoral hondureño rechazó declarar un vencedor antes que finalice el período de recepción de impugnaciones, que termina el viernes 8 de diciembre.
La oposición denunció la comisión de un fraude y demandó la verificación de la totalidad de los votos.
Sin embargo, el Tribunal dijo que no recibió ningún pedido formal de la Alianza para realizar un recuento general.
Nasralla exigió la formación de un organismo independiente, integrado por organizaciones internacionales, encargado de proceder a un examen minucioso de la totalidad de los sufragios, al tiempo que declaró su falta de confianza en el Tribunal Supremo Electoral.
De su lado, el presidente en ejercicio aceptó la realización de un recuento general y propuso que también se lleve a cabo una verificación médico-legal del servidor informático del tribunal, que falló en varias ocasiones durante la votación, alimentando las sospechas de un fraude.
Nasralla desconfía de la justicia electoral y sostiene que hubo fraude.
La situación en el país centroamericano, envuelto en una ola de manifestaciones e incertidumbre ante la indefinición electoral, tuvo sus repercusiones a nivel internacional.
En un comunicado común, Argentina, Chile, Colombia, Guatemala, México, Paraguay, Perú y Uruguay expresaron su apoyo a un examen global del proceso electoral hondureño y exhortaron a la población del país a esperar los resultados pacíficamente.
Estados Unidos llamó a sus ciudadanos a demorar o anular sus viajes hacia Honduras, por temor a los actos de violencia poselectoral.
La Unión Europea también se sumó a los reclamos de una revisión extensa de los resultados.
El presidente Hernández, que había sido señalado como vencedor en un primer momento, llamó a sus simpatizantes a que manifiesten el jueves en Tegucigalpa, la capital del país.
Miles de simpatizantes del actual presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, marcharon el jueves 7 de diciembre por las calles de la capital, Tegucigalpa, al grito de “cuatro años más”.
La marcha había sido convocada por el propio mandatario, en un intento por resistir la andanada de críticas tras los controvertidos comicios del 26 de noviembre último, cuyos resultados finales aún no fueron confirmados por las autoridades electorales.
“Apoyamos a Hernández porque con él, el país no cae en la delincuencia”, declaró a los medios una participante en la manifestación, que según estimaciones no oficiales reunió a unas 10.000 personas.
El recuento de votos fue puesto en disputa ante las ireegularidades registradas. REUTERS/Jorge Cabrera
En su discurso ante la multitud, el presidente deseó la pacificación de Honduras.
Al mismo tiempo, simpatizantes de la Alianza de la Oposición contra la Dictadura bloquearon algunos de los accesos de la ciudad, para apoyar la demanda de su candidato, Salvador Nasralla, para que se realice un recuento de votos por parte de organismos internacionales independientes.
Algunas manifestaciones de la oposición dieron lugar a enfrentamientos con la policía, incluso cuando el estado de emergencia decretado hace una semana ha sido levantado sólo en algunos departamentos del país.
Al menos una mujer y dos policías resultaron muertos en manifestaciones precedentes, aunque organismos de derechos humanos sostienen que son al menos entre 11 y 13 las personas fallecidas.
Nasralla reafirmó el jueves último su desconfianza hacia el Tribunal Supremo Electoral y pidió que entes como la Organización de Estados Americanos o la Unión Europea lleven a cabo un chequeo de los votos emitidos y auditen el sistema informático utilizado para contabilizar las papeletas.
Policías y opositores volvieron a cruzarse, pero esta vez sin consecuencias graves. REUTERS/Jorge Cabrera
“Queremos salvar a Honduras de las manos de un tirano”, lanzó el candidato opositor durante una conferencia de prensa, en la que anunció nuevas protestas populares, para exigir la partida de Hernández, a quien acusa de haber manipulado el recuento de votos para asegurarse la permanencia en el poder.
A 11 días de llevado a cabo el escrutinio, el Tribunal no proclamó aún a un vencedor. Las cifras oficiales otorgan al actual mandatario el 42,98 por ciento de los votos, contra 41,38 por ciento para su contrincante.
La oposición sostiene que el triunfo en las urnas le fue robado y acusó a las autoridades electorales por las irregularidades cometidas durante el día de votación, incluyendo un fallo en el suministro del sistema informático encargado de brindar los datos sobre el recuento de papeletas.
Ismael Moreno, el director de Radio Progreso en Honduras, confirmó este lunes el sabotaje de la torre de transmisión de esta emisora con sede en la ciudad de El Progreso, Yoro.
La antena derribada permitía la cobertura noticiosa de Tegucigalpa, la capital hondureña en un momento en que se viven momentos críticos para el futuro de la democracia en ese país tras unas elecciones presidenciales del 26 de noviembre que fueron denunciadas por la oposición como fraudulentas.
Radio Canadá Internacional pudo conversar con Karen Paredes, periodista de Radio Progreso. Ella explica que este ataque contra la libertad de prensa en Honduras se da en un contexto donde los grupos mediáticos vinculados al gobierno de Juan Orlando Hernández, que ha cerrado filas en defensa de su reelección.
Ella explica que es desde el sábado que Tegucigalpa se encuentra sin cobertura de radio Progreso.
“El cerco mediático está muy bien levantado, los pocos medios que defienden los intereses de la población son a menudo blanco de ataques. En el Golpe de Estado de 2009, la radio fue clausurada”, dice Paredes, explicando que los periodistas de esta emisora viven en un clima de preocupación debido a esta situación de censura.
Paredes describió que en Honduras reina un clima de crisis generada por un cuestionado proceso electoral que todavía no ha concluido.
Paredes explicó que la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Honduras visitó la Radio Progreso horas antes de que su torre de transmisión se derrumbe debido a que los tornillos que sostenían la estructura habían sido aflojados.
“Hubo manos externas, manos criminales que procedieron a crear las condiciones para que nuestra torre se cayera. No encontramos ninguna razón para que los vientos hubiesen derribado la torre”, afirmó el jesuita Ismael Moreno, y responsabilizó por este atentado al equipo de gobierno de Juan Orlando Hernández, que busca mantenerse en el poder tras unas dudosas elecciones presidenciales.
A principios de mes, la ministra canadiense de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, hizo saber mediante comunicado que “Canadá insiste en la necesidad de que las autoridades electorales completen el recuento de votos sin interferencias”.
Freeland también señaló que Canadá “solicita calma y demanda a todas las partes a que resuelvan sus desacuerdos pacíficamente y con transparencia, en línea con los mayores estándares democráticos y de derechos humanos”.
Fuerzas de seguridad hondureñas reprimieron este viernes a manifestantes hondureños que bloqueaban importantes carreteras del país exigiendo un recuento detallado de los votos del 26 de noviembre, cuyo polémico resultado dio la victoria al presidente Juan Orlando Hernández por un estrecho margen.
El líder opositor Salvador Nasralla y su coalición Alianza de Oposición Contra la Dictadura denunciaron un masivo fraude en esas elecciones, después de que los primeros conteos que le daban la victoria se revirtieran tras una “falla” en el sistema informático en favor del candidato oficialista.
Militares y policías antimotines lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a varios grupos de manifestantes en los puntos de ingreso a las grandes ciudades del país, incluyendo la capital Tegucigalpa y la industrial San Pedro Sula.
Radio Canadá Internacional pudo conversar con el periodista hondureño Félix Molina para conocer los detalles de la situación en Honduras, país con el que Canadá firmó un tratado de libre comercio que entró en vigor el 1 de octubre de 2014, en momentos en que varios gobiernos de América Latina se negaban a reconocer a un gobierno hondureño surgido del golpe de Estado contra el presidente Zelaya, democráticamente elegido.
Los líderes opositores buscan mantener su reclamo en las calles, después de que la intensidad de las protestas bajó en días recientes tras los disturbios que siguieron a la noche electoral, que dejaron al menos 16 muertos, entre ellos dos policías.
“Estamos exigiendo que se respete la voluntad del pueblo en las urnas (…) no vamos a dejar de protestar, no vamos a dejar que se quede en el poder el dictador Juan Orlando Hernández”, dijo el expresidente Manuel Zelaya, aliado de Nasralla, quien fue derrocado en un golpe de Estado cívico militar apoyado por Estados Unidos en 2009.
El Gobierno de Juan Orlando Hernández, quien apoyó el golpe de Estado contra Zelaya, aseguró en esta ocasión que el proceso electoral fue” transparente” y que aceptará el resultado definitivo que dé el árbitro electoral, pese a las dudas expresadas por algunos entes internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA).
Las fuerzas de seguridad de Honduras también reprimieron con gases lacrimógenos a manifestantes en San Pedro Sula, unos 165 kilómetros al norte de la capital, y en Puerto Cortés, la principal terminal marítima del país en la costa Atlántica.
Zelaya, quien participaba en las manifestaciones contra el fraude electoral en Tegucigalpa, dijo a medios locales que lo que se exige es un conteo “votos por voto” para comparar firmas, las actas y los cuadernillos en las más de 18.000 urnas electorales.
Los bloqueos también se extienden a otros puntos del país como la ciudad de La Ceiba, en el litoral Atlántico, la sureña ciudad de Choluteca y en el departamento agrícola de Olancho.
El Tribunal Electoral tiene de plazo hasta el 26 de diciembre para anunciar el ganador definitivo de los comicios, mientras se analiza las impugnaciones presentadas por la oposición.
El presidente saliente de Honduras, el conservador Juan Orlando Hernández, fue declarado oficialmente vencedor de las controvertidas elecciones presidenciales del 26 de noviembre pasado, anunció el Tribunal Supremo Electoral, TSE, de este país centroamericano, después del recuento de los votos.
“Nosotros rechazamos totalmente la declaración del TSE (…) El pueblo reconoce como presidente a Salvador Nasralla”, anunció en una conferencia de prensa el coordinador de la izquierdista alianza de oposición, el ex presidente Manuel Zelaya, quien hizo un llamado a sus partidarios a manifestar en las calles este lunes.
“El reelecto por el período de 2018-2022 es el ciudadano Juan Orlando Hernández Alvarado”, declaró el presidente del TSE, David Matamoros. Desde hace casi un mes, los partidarios del candidato de izquierda Salvador Nasralla manifiestan para denunciar lo que ellos llaman “un fraude” en estas elecciones.
Salvador Nasralla, líder de la Alianza de oposición. (ORLANDO SIERRA/AFP/Getty Images)
Pocas horas antes del anuncio oficial del TSE, Salvador Nasralla viajó a Estados Unidos para reunirse con el Secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA, Luis Almagro y con el Departamento de Estado estadounidense.
Según las cifras presentadas el domingo, Hernández de 49 años de edad, obtuvo 42.95% de los votos contra 42.24% para Nasralla de 64 años de edad.
Fueron elecciones de una “transparencia jamás vista en Honduras (…) “Deseamos que la calma regrese (…) Que nos abracemos de nuevo como hermanos”, dijo Matamoros.
Manifestaciones en Honduras. (JORDAN PERDOMO/AFP/Getty Images)
El viernes pasado, manifestantes bloquearon las calles de varias ciudades del país. En Tegucigalpa, la capital, manifestantes levantaron barricadas de piedras e incendiaron llantas y pedazos de madera para reivindicar la victoria de la oposición de izquierda.
Los primeros resultados del escrutinio daban a Nasralla, un presentador de televisión novicio en política, a la cabeza con 5 puntos de avance, pero con el correr de los días, finalmente fue Hernández quien obtuvo el mayor número de votos.
Salvador Nasralla participa en una manifestación en Tegucigalpa, Honduras. (ORLANDO SIERRA/AFP/Getty Images)
Esta inversión de la tendencia, combinada a una serie de problemas informáticos juzgados sospechosos por la oposición, los incitó a pedir un recuento de los votos y la anulación pura y simple de las elecciones. El TSE estudiaba desde entonces la queja presentada por la oposición.
Un informe de Amnistía Internacional publicado en México, afirma que al menos 14 personas han muerto en las manifestaciones. Las autoridades hondureñas confirmaron solo 3 decesos.
El pasado 9 de diciembre, la organización de defensa de los derechos humanos, Amnistía Internacional Canadá Francófono (AICF), lanzó en Montreal una campaña de redacción y envío de mensajes de apoyo a aquellas personas que se dedican a la defensa de los derechos en diferentes regiones del mundo. El nombre de la campaña era “Maratón de la escritura: escribir libera”.
La idea de la campaña es simple, según los organizadores. El propósito es hacer que el mayor número de personas escriba un mensaje de apoyo dirigido a quienes se encuentran injustamente encarcelados o cuyos derechos son violados.
“Desde hace más de 12 años, las maratones de escritura han demostrado ser efectivas, con más del 65% de los presos que recibieron esos mensajes fueron finalmente liberados. Escribir funciona y libera”, destaca Amnistía Internacional Canadá.
Como ejemplo, el organismo cita que en 2016, fueron enviadas por todo el mundo casi 4,7 millones de mensajes de apoyo, de los cuales más de 64.000 fueron enviados desde Quebec.
El objetivo de este año es lograr enviar unos 80.000 mensajes desde Quebec.
Esta campaña fue lanzada en proximidad al Día Internacional de los Derechos Humanos, que se celebra cada 10 de diciembre, coincidiendo con la fecha en la que la Asamblea General adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948, que proclamó los derechos inalienables inherentes a todos los seres humanos, sin importar su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, propiedades, lugar de nacimiento ni ninguna otra condición.
La población canadiense fue también invitada a enviar sus mensajes de solidaridad por internet.
Para saber más sobre el impacto de esta campaña, Radio Canadá Internacional pudo conversar con Felipe Benítez, el coordinador del Movimiento Independiente Lenca de la Paz (MILPAH) en Honduras. La campaña de Amnistía Internacional consistía en exigirle al gobierno hondureño que proteja a sus miembros.
“Para el pueblo indígena lenca en Honduras, la tierra es la vida. Sin embargo enormes intereses hidroeléctricos, mineros y de otro tipo están tratando de explotar sus tierras. MILPAH, el Movimiento Indígena Independiente Lenca de La Paz, está a la vanguardia de la lucha contra esos intereses. A causa de esto, las lencas enfrentan campañas de difamación, amenazas de muerte y agresiones físicas por proteger su tierra y su medio ambiente. Sin embargo, los agresores rara vez son llevados ante la justicia”, señala Amnistía Internacional Canadá Francófono.
“El fraude (electoral)… reafirma lo que henos venido denunciando como pueblo indígena, que (el gobierno hondureño) es una clase política avarienta, es violenta, es racista y es entreguista. No le importa la vida de los seres humanos, más que todo la del pueblo indígena y hoy con el fraude se vino a desenmascarar este sistema. Hoy ha quedado evidenciado a nivel internacional, a nivel nacional, quiénes nos están gobernando”.
Felipe Benítez, coordinador del Movimiento Independiente Lenca de la Paz (MILPAH) en Honduras.
Las personas a quienes se envían mensajes de solidaridad durante las maratones de las escrituras de 2017 son defensores de los derechos humanos. Para este año los elegidos para recibir esos mensajes son la canadiense Melanie Morrison, quien hace parte del movimiento nacional de familias de mujeres aborígenes desaparecidas y asesinadas. En Turquía Taner Kiliç y otros defensores de los derechos humanos. Taner Kilic, presidente de Amnistía Internacional Turquía, fue detenido el 9 de junio de 2017 bajo cargos falsos. Todavía está en la cárcel. En Madagascar se encuentra encarcelado Clovis Razafimala, defensor del medio ambiente, acusado de destruir bienes públicos y quemar documentos administrativos por su presunta participación en una manifestación. En Honduras el recipiente de esos mensajes será el Movimiento Independiente Lenca de la Paz (MILPAH) y otras organizaciones, las que enfrentan una campaña de hostigamiento y difamación por su trabajo en defensa de los derechos a la tierra, territoriales y ambientales en Honduras.
En Jamaica, los mensajes serán enviados a Shackelia Jackson, una defensora de los derechos humanos que busca poner fin a la violencia policial desde que su hermano fue asesinado por la policía. En Bangladesh el editor de la primera revista comunitaria LGBTI en Bangladesh, Xulhaz Mannan fue asesinado a machetazos por asaltantes que irrumpieron en su apartamento. En este caso Amnistía Internacional exige que sus asesinos sean llevados ante la justicia. En Israel y los territorios palestinos ocupados Farid al Atrash e Issa Amro, dos defensores palestinos de los derechos humanos, están siendo procesados ante un tribunal militar israelí por participar pacíficamente en una manifestación.
En Egipto, Hanan Badr el Din, defensora de los derechos humanos desde la desaparición de su marido, hace parte de las personas que recibirán los mensajes de apoyo de los canadienses, al igual que la iraní Golrokh Ebrahimi Iraee, defensora de los derechos humanos y escritora iraní, condenada a seis años de prisión por escribir un libro sobre lapidación. Finalmente, también hace parte de esta campaña el chadiano Tadjadine Mahamat Babouri, un cibermilitante encarcelado y torturado por publicar videos en Facebook que criticaban al gobierno.
El cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, cercano colaborador del papa Francisco, recibió durante años alrededor de 35.000 euros (42.000 dólares americanos) mensuales de la Universidad Católica de Tegucigalpa, Honduras, afirma el semanario italiano L’Espresso en su sitio Internet.
“El poderoso cardenal Oscar Maradiaga, partidario de una Iglesia pobre (…) recibió durante años unos 35.000 euros mensuales”, escribe el semanario en su sitio Internet antes de la salida del diario este domingo.
El cardenal Maradiaga es un personaje importante de la Santa Sede puesto que es miembro del C9, el Consejo de cardenales que ayuda al papa a reformar el Vaticano.
Según el periodista Emiliano Fittipaldi de L’Espresso, el cardenal habría recibido solo por el año 2015, alrededor de 500.000 euros y según las fuentes del semanario, el alto prelado recibía este dinero desde hace 10 años, en tanto que “Gran Canciller” de la Universidad Católica de Tegucigalpa, Honduras.
El cardenal hondureño, Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga. (Popow/ullstein bild via Getty Images)
Una parte de este dinero habría sido invertida en fondos en Londres y habría desparecido, según la misma fuente, que acusa también a Juan José Pineda, obispo auxiliar de Tegucigalpa y brazo derecho de monseñor Maradiaga, por gastos misteriosos que podrían haber sido efectuados con el dinero de la iglesia local.
Un miembro de la arquidiócesis de Tegucigalpa, el padre Carlos Rubio, respondió en parte a las acusaciones en una entrevista con la agencia católica ACI, precisando que la Universidad Católica apoyaba financieramente a “todos los obispos y no solo al cardenal, para ayudar a la diócesis” en un país azotado por la pobreza.
“Recibir este dinero no es un acto de corrupción, porque no se trata del dinero del Estado, sino el de una institución que depende de la iglesia”, insistió el padre Rubio, sin precisar el monto de las sumas en juego.
El papa Francisco en sus votos de Navidad a la Curia este 21 de diciembre 2017. (REUTERS/Max Rossi – RC13B3386390
Las revelaciones del semanario italiano ocurren justamente en un momento en que el papa Francisco fustigó el jueves, sin nombrarlos, a los “traidores de confianza” que frenan su reforma de las instituciones. “Ellos se dejan corromper por la ambición y una gloria vana”, deploró Francisco en sus votos de Navidad a la Curia.
Según L’Espresso, el expediente del cardenal Maradiaga está en las manos del papa. “El papa está muy triste, pero también está determinado a descubrir la verdad”, aseguran fuentes cercanas al santo padre.
L’Espresso recuerda que el cardenal cumplirá 75 años este 29 de diciembre, la edad en que todos los altos prelados presentan su renuncia al papa, quien decide si la acepta o no.
Un seísmo de una magnitud de 7.6 en la escala de Richter se produjo en el mar Caribe frente a las costas de Honduras, anunció anoche el Instituto Geológico de Estados Unidos, USGS, y se emitió una alerta al tsunami en cuatro departamentos hondureños.
Pero “a esta hora se descarta alerta a tsunami”, confirmó en la mañana de hoy el sismólogo José Jorge Escobar, subjefe de Operaciones de la Comisión de Contingencias, Copeco, de Honduras. De acuerdo con el experto, lo único que se espera son réplicas del potente seísmo registrado anoche.
Julissa Mercado, portavoz de Copeco, declaró también que no se señalaron ni víctimas ni daños materiales.
El seísmo se produjo a las 2:51 UTC del miércoles, 44 kilómetros al este de las islas Swan y a una profundidad de 10 kilómetros, indicó USGS. Las islas Swan son un archipiélago hondureño situado entre Belice y Cuba.
El Instituto Geológico de Estados Unidos, USGS, también levantó las “amenazas” y “advertencias” de tsunami para Cuba, México, Belice, Jamaica, las Islas Caimán, Puerto Rico y las Islas Vírgenes.
Sin embargo, algunos de estos países podrían tener olas de entre 30 centímetros y un metro en sus playas.
El presidente de Honduras Juan Orlando Hernández hizo un llamado a la calma.
Tras unas elecciones presidenciales en Honduras el pasado 26 de noviembre de 2017, en las que salió como triunfador Juan Orlando Hernández tras una conveniente falla del sistema informático, el documentalista canadiense Jesse Freeston ha regresado a ese país centroamericano a documentar las consecuencias de lo que los hondureños llaman como “el fraude electoral más transparente”.
Fue solamente después de 21 días de espera tras la votación, días de denuncias y enfrentamientos que el Tribunal Supremo Electoral finalmente declaró al candidato del derechista Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, el ganador de esos comicios con una diferencia de 1,53 % entre la votación lograda por ambos candidatos.
Protestas en Honduras contra la reelección fraudulenta de Juan Orlando Hernández. (Foto cortesía de Félix Molina)
En medio de una oleada de represión y tras una toma de la presidencia militarizada, una de las primeras medidas del régimen encabezado por Juan Orlando Hernández, sobre quien pesan denuncias de corrupción y vínculos con el narcotráfico, fue la de aprobar el pasado 18 de enero una ley que impide que la fiscalía investigue casos relacionados con la administración de fondos públicos y protege a los políticos del enjuiciamiento por corrupción que data de hace más de una década. Se trata de una ley que, según los críticos, protege a los políticos corruptos de procedimientos legales.
Entrevistado por Radio Canadá Internacional, Freeston explicó desde Tegucigalpa que la población hondureña vive bajo un clima de dictadura.
El documentalista también explicó que Honduras es un país donde el periodismo es silenciado o captado por el aparato político que controla los poderes del Estado. Es frecuente en ese país el paso del periodismo a la política, razón por la cual existe una relación de clientelismo con buena parte de la prensa, que depende financieramente de los favores del gobierno de turno, según Freeston.
El jefe de la misión anticorrupción en Honduras de la Organización de Estados Americanos (OEA) renunció este jueves. Juan Jiménez Mayor explicó que su decisión se debe a la falta de apoyo de parte del secretario general de la OEA y de las autoridades del país centroamericano, donde el ente investiga varios casos de corrupción.
La Misión de Apoyo Contra la Corrupción en Honduras (MACCIH) fue creada en 2016 por la OEA a pedido del gobierno hondureño, presionado por una movilización social que durante meses de marchas exigía un organismo autónomo como la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) de la ONU para enfrentar la corrupción que corroe al Estado hondureño.
“Con gran pesar y luego de una profunda reflexión comunicó mi renuncia al cargo de Vocero de la @OEA_MACCIH”, dijo el ex ministro de justicia peruano Juan Jiménez Mayor en su cuenta de Twitter, en el que incluyó un comunicado detallando los motivos la decisión.
Jiménez, abogado constitucionalista de 53 años, denunció el mes pasado al Congreso de Honduras por supuestamente sabotear sus pesquisas en el caso de corrupción conocido como “Red de Diputados”, donde legisladores habrían malversado fondos sociales por al menos 55 millones de dólares entre el 2011 y el 2015 en la empobrecida y violenta nación.
Juan Orlando Hernández, junto a su esposa Ana García de Hernández y el presidente del Congreso Nacional de Honduras, Mauricio Oliva, presta juramento para un nuevo mandato presidencial tras unas elecciones fraudulentas. (Foto: Jorge Cabrera/Reuters)
La renuncia se produce un día después de conocerse una carta del secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, al cuestionado presidente Hernández, en la que criticó los resultados alcanzados en el país por la misión.
“El Secretario General ha criticado la misión, yo estoy renunciando por cuidar a la MACCIH”, dijo Jiménez a la televisión local.
Almagro, que publicó el miércoles la carta en sus cuentas de redes sociales, dijo que la MACCIH “a pesar de haber tenido recursos y plena libertad de acción (…) no ha sido capaz de arrojar los resultados (…) que hubiéramos deseado y que le debemos al pueblo de Honduras”.
En un comunicado de 14 puntos, el exjefe de la MACCIH dijo que la “misión se encuentra sumamente preocupada por la reacción de las autoridades del país frente al caso Red de Diputados” y lamentó la falta de apoyo y comunicación con el secretario general de la OEA.
“Recientemente se han alzado voces para evaluar el mandato de la MACCIH, sosteniendo que su presencia en el país afecta la soberanía. Esto ocurre coincidentemente con la instauración de líneas de investigación complejas contra sectores poderosos”, dijo Jiménez en el comunicado.
La renuncia del jefe de la MACCIH podría reavivar la crisis generada tras la polémica reelección en noviembre de Hernández, quien asumió el cargo el 27 de enero tras un fraude electoral que desató una oleada de protestas en el país.
Pese a que diversos organismos denunciaron el fraude electoral en esos comicios, esa presunta victoria fue reconocida por algunos países, incluyendo México y Estados Unidos, mientras que la OEA dijo que era imposible tener certeza sobre el resultado y pidió nuevas elecciones.
Luego de que el presidente Donald Trump criticó este mes a los países que “inundan de drogas” a Estados Unidos, sin identificarlos, y pidió detener el envío de ayuda a ellos, la embajadora de Washington ante Naciones Unidas, Nikki Haley, se comprometió el martes a plantear el problema del tráfico de drogas a la ONU luego de su visita a Honduras y Guatemala esta semana.
Su posición pareció suavizar una amenaza del presidente Donald Trump de cortar la ayuda a países que exportan drogas a Estados Unidos. El mandatario republicano se pronunció en este sentido luego de que un funcionario del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de su país le dijo que la cocaína proviene de Colombia y Perú y se trafica por México y América Central.
“Está en todas partes y todos lo perciben. Esta es una conversación que tiene que darse internacionalmente. No podemos centrarnos sólo en los países que la producen, tenemos que centrarnos en los países que la movilizan y en hacer lo necesario en la comunidad internacional para detenerla”Haley, exgobernadora de Carolina del Sur, en conferencia el martes en la capital hondureña, Tegucigalpa.
La visita de Haley como integrante de “alto perfil” del gabinete presidencial -en un rol que tradicionalmente ha sido eclipsado por el secretario de Estado- pone de manifiesto las tendencias en cuanto a política exterior estadounidense durante el segundo año de Gobierno de Trump.
“Este es el año de las Américas. Verán a varios miembros del gabinete del presidente realizar visitas a Latinoamérica para hablar realmente sobre lo que podemos hacer y de qué otra manera podemos asociarnos”.Nikki Haley en conferencia luego de reunirse con el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández.
En conferencia la embajadora de EE. UU. Nikki Haley también dijo que el presidente hondureño debería aumentar sus esfuerzos para establecer un diálogo con los líderes de la oposición que afirman que se robó las elecciones de noviembre.
Haley llegó a Honduras el lunes y el martes se reunió con Hernández. Haley dijo “sabemos que (en el país) hubo enojo por las elecciones” y agregò que el gobierno de los EE. UU. piensa que las dos partes deberían reunirse para discutir sus diferencias.
El candidato opositor Salvador Nasralla alegó fraude en la elección del 26 de noviembre que fue estropeado por numerosas irregularidades. Al menos 31 personas murieron en disturbios políticos desde entonces.
Hernández prestó juramento por un segundo mandato a principios de febrero.
Radio Canadá Internacional avec Reuters et Associated Press
Este martes primero de mayo, organizaciones canadienses de defensa de los derechos humanos, realizaron una actividad en solidaridad con los presos políticos en Honduras, en la entrada del Parlamento canadiense en Ottawa, en la Colina Parlamentaria.
La canadiense, Karen Spring, defensora internacional de derechos humanos nos dice que en el contexto post electoral en Honduras, desde noviembre del año pasado, este país centroamericano ha vivido una situación bastante difícil en lo relacionado al respeto de los derechos humanos.
En ese contexto, las fuerzas de seguridad del Estado están acusadas por ciudadanos hondureños y grupos de defensores de los derechos humanos, de estar involucradas en el asesinato de varias personas que cuestionaban los resultados de las elecciones.
Edwin Espinal, preso político. (Foto: Karen Spring)
Todas la arbitrariedades cometidas por las fuerzas de seguridad en los últimos meses permiten pensar a las organizaciones internacionales de derechos humanos que Honduras tiene mucha dificultad en respetar los derechos humanos.
(REUTERS/Jorge Cabrera)
Por esta razón, los miembros de estas organizaciones decidieron reunirse en Ottawa para pedir ayuda al gobierno canadiense en su lucha por la liberación de 21 presos políticos en el país.Ellos desean que el gobierno de Canadá interceda ante el gobierno de Honduras para que se liberen a estos presos políticos y que se haga justicia en el caso del asesinato de la defensora de los derechos humanos y líder indígena, Bertha Cáceres.
Manifestación contra la reelección del presidente Juan Orlando Hernández el 3 de febrero 2018, en Tegucigalpa, Honduras. (REUTERS/Jorge Cabrera)
Pablo Gómez Barrios conversó sobre este tema con Karen Spring, defensora internacional de derechos humanos y Coordinadora de la Red de Solidaridad con Honduras en Tegucigalpa.
La actividad de hoy en el Parlamento de Ottawa cuenta con el apoyo de Simcoe County Honduras Rights Monitor, Honduras Solidarity Network, MiningWatch Canada, Education In Action, Solidarity Ottawa, International Civil Liberties Monitoring Group, PSAC Social Justice Fund, ALBA Social Movements.
Nikki Haley y el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, hablan con periodistas en la casa presidencial en Tegucigalpa, Honduras el 27 de febrero de 2018. ©REUTERS / Jorge Cabrera
La canadiense, Karen Spring, defensora internacional de derechos humanos nos dice que en el contexto post electoral en Honduras, desde noviembre del año pasado, este país centroamericano ha vivido una situación bastante difícil en lo relacionado al respeto de los derechos humanos.
